jueves, 12 de enero de 2017

A la intemperie...




“Sólo cuando uno aprende a quedarse en la total intemperie, sin techo que le proteja del cosmos inmenso, sin paredes que le resguarden de los vientos, sin refugio alguno; 

sólo cuando uno renuncia a poder disponer de un cercado donde sentirse menos insignificante en el vasto espacio; 

sólo cuando, con los años, uno aprende a no esperar que la verdad tenga un rostro delimitado y próximo; 

sólo cuando se ha aprendido, por fin, a no intentar, de mil maneras, salvarse; 

sólo entonces, la verdad es inhóspita pero profundamente hospitalaria; 

despiadada como la inmensidad pero acogedora como una amante; 

vacía como un abismo pero haciéndose sentir con una presencia plena y cálida”. 

Marià Corbí  

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